miércoles, 14 de enero de 2015

PARA PADRES



Con esta actividad comenzamos a trabajar el tema de las habilidades sociales. ¿Por qué son importantes las habilidades sociales para nuestros hijos?
Normalmente no enseñamos a nuestros hijos de manera intencionada habilidades como el saludo, la mirada, los gestos y otras conductas de relación social. Damos por sentado que ellos van a aprenderlas de manera inconsciente por imitación. Pero, muchos de nuestros hijos no las emplean.
Suponemos que es porque no les da la gana, pero no es una explicación tan sencilla. Son variadas las causas: no les dan importancia, vivimos en un mundo en que todo va muy deprisa, se busca lo sintético, lo cómodo…, pero hay un hecho muy importante: muchos niños poseen un nivel de muy bajo de determinadas capacidades personales que están en la base de dichas habilidades: empatía, analizar estímulos sociales…

Por ello no es una tontería trabajar las habilidades sociales porque, si lo hacemos bien, estaremos fomentando capacidades de base tan importantes como las mencionadas, además de implementar factores de protección como el establecimiento de redes de apoyo social para nuestros hijos, más competencia en la toma de decisiones,… entre otras cosas.
Las conductas socialmente habilidosas producen importantes beneficios personales: contribuyen a prever conflictos, a evitarlos y a solucionarlos  cuando se presentan. Con ellas consigues aumentar tu competencia en la  manera de desenvolverte en las situaciones interpersonales. Esa competencia social se concreta en saber iniciar y mantener eficazmente conversaciones y  expresar todos tus sentimientos, opiniones o derechos de una manera asertiva,  directa, afrontar los conflictos con la seguridad de que puedes resolverlos sin ansiedad, sin temor a ninguna situación y sin coste emocional para ti. Siendo competente socialmente se puede conseguir  éxitos personales en las  relaciones con los demás, se puede aprender a evitar aquellas consecuencias indeseables sin lesionar los derechos de los demás.

¿Cómo?
Aprender a relacionarse se aprende con el contacto con otros niños, en la relación del día a día con los otros. Esto parece una perogrullada pero es así; no podemos ni pueden  aprenderlo sólo con nuestros consejos. Hemos de animar a nuestros hijos a tener amigos, a integrarse, dándoles oportunidades y favoreciendo el contacto con los demás desde los primeros años. Este tiene que convertirse en objetivo fundamental, sobre todo, si vemos que  nuestro hijo tiene esas capacidades de base muy limitadas. En este caso, no sólo debemos facilitar,  sino a veces forzar de manera controlada, esos contactos.

Os pongo unos enlaces en los que se os muestran una serie de pautas respecto al tema. En cualquier caso podemos encontrar en nuestra comunidad escuelas de padres en las que poder abordar nuestras inquietudes, y aprender a cómo orientarles a la hora de que éstos soluciones los conflictos que les puedan surgir al establecer relaciones con otros niños.



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