El objetivo de esta actividad del taller es que los alumnos
puedan reflexionar sobre sus cualidades personales, y afiancen de esta manera
su autoconocimiento. El nombre constituye un aspecto relevante en la
conformación de la identidad personal. Siendo éste el punto central, se pueden
trabajar otros muchos aspectos. El alumno puede contrastar con sus padres y
amigos sobre si esa visión personal es ajustada y realista. Podemos hacer
hincapié en nuestros puntos fuertes y débiles, aspecto fundamental en el desarrollo
de nuestro autoconcepto y autoestima. Es una actividad que, además de facilitar
la reflexión personal, fomenta la creatividad. Puede, también, dar juego a la
realización de otras actividades: relizar un dibujo de sí mismo, establecer una
tabla de puntos fuertes/débiles para la mejora personal, etc…
También podemos adentrarnos en el plano emocional si les
pedimos (nosotros, sus padres, o sus compañeros) que identifiquen la emoción
que les genera su acróstico, o el realizado por otro compañero o amigo. Los padres
pueden aprovechar la actividad para hablar con el niño de su nacimiento, del porqué
de la elección de su nombre, cuáles fueron las emociones en ese momento…
Esta faceta complementaria de reflexión sobre la
actividad se puede abordar en casa con sus padres o hermanos, y también en
clase con su tutor y compañeros; y además, contribuye al afianzamiento de los
objetivos del área de lengua, al tratarse de una composición escrita.
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